Vida perra

Tangos

Cuantas veces tuve ganas
de tumbarme de un balazo,
pa' que al fin mi vida perra
terminara de una vez.
Pero entonces, tu recuerdo,
me paralizaba el brazo,
y mordiéndome de bronca
lo dejaba pa' después.

Si supieras los deseos,
que tenía de encontrarte,
pa' gritarte mi desprecio,
pa' voltearte de un revés.
Y hoy, al verte de rodillas,
me dan ganas de besarte,
de acariciar tus cabellos
y de quererte otra vez.

Aquella noche,
por temor que me dejaras,
te rogué que te quedaras,
pa' no morir sin tu amor.
Y vos, ¡cobarde!,
viéndome en cama, deshecho,
no tuviste en tu pecho,
compasión pa' mi dolor.

Yo no recuerdo,
haber sufrido tanto y tanto,
como frente al desencanto,
de que te fueras así.
Y aquella noche,
de amargura y de rencores,
el vengar a tus amores,
fue el deseo que sentí.

Y si alguna de estas noches,
se me pianta algún balazo,
no te extrañes, porque ahora,
ya no tengo a quien buscar.
Tu recuerdo,
no podrá voltear mi brazo
y mi pobre vida perra,
para siempre he de cortar.

Autor(es): Luis Rubistein, Rodolfo Sciammarella
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